martes, 1 de abril de 2008

El espíritu que me persigue

A continuación, nos place colgar una historia de terror que una oyente nos ha regalado.

EL ESPÍRITU QUE ME PERSIGUE (Cristina , desde Ripollet)

Hola amigos de café con sal. Me llamo Cristina. Os escribo para contaros una cosa que me ha puesto los pelos de punta últimamente. Bueno, la verdad es que hace ya un tiempo que los tengo de punta por esta situación que me está pasando.

Resulta que desde hace un tiempo, noto un mal ambiente en mi casa, no sé, como un mal rollo, unas malas vibraciones. Un dia vino una amiga mía que sabe de estas cosas, porque alguna vez que otra ha echado las cartas del tarot aunque no se dedique a esto, pero no estaría mal porque la verdad es que se ganan bien la vida y mi amiga es buena en eso, la verdad.

Resulta que mi amiga vino a tomar el café a mi piso, que desde que me lo compré no la había invitado, no porque me cayera mal ni porque nos lleváramos mal, ni mucho menos, lo que pasa es que cada uno tiene su vida y no habíamos coincidido hasta ahora.

Yo estoy muy contenta con mi pisito, que me lo compré hace 3 años, y lo he decorado a mi gusto, la verdad. El cuarto de baño estaba hecho una pena, pero lo he reformado por completo. Cocina nueva, con vitrocerámica y uno de esos hornos que anuncia el Arguiñano que hace PUFFF, y se limpian solos, es una pasada, se lo recomiendo a todo el mundo, y que conste que yo no me llevo comisión, es que son la leche.

Pues eso, hablando de leche, que invité por fín a mi amiga a que viniera a casa a tomar el café, y así hablábamos de muchas cosas. Le pedí que se trajera las cartas, que me las echara, para ver si me iba a echar noviete ya pronto o qué.

Total, que el dia que quedamos, se presenta allí ella, le abro abajo, que tiene videoportero, lo que pasa es que no se ve muy bien, pero es una gozada ver quien te pica, así puedes pasar de quien no te mola. Total, que la abro, sube las escaleras y la estoy esperando en la puerta, le doy dos besos, la hago pasar…y nada más dar un paso dentro de la casa, resulta que le da como un pasmo.

“Ay Dios mío!” dice ella. Le pregunto qué es lo que le pasa, a lo que ella me responde que había notado unas sensaciones muy malas en la casa, una energía muy negativa. “Chica, tú tienes un espíritu viviendo contigo”.

Yo la verdad es que hacía tiempo que iba notándome algo raro en casa, como una presión, como si estuviera en el campo y una nube me persiguiera a todas partes, pero nunca había pensado en ello hasta el momento que me lo dijo mi amiga.

Le conté todas mis inquietudes a mi amiga, se sacó la bola del bolso (siempre va con ella a todas partes, es muy precavida) y miró en ella. Enseguida me confirmó lo que me temía, que hay un espíritu muy gordo y muy cabreado, con una gran ansiedad, agonía y malevosía.

Le pregunté quien era y qué podia hacer para contentarlo, porque a los espíritus cabreaos, siempre se les puede contentar y ya está, que lo he visto yo en el Sexto Sentido. Total, que me dice mi amiga que no es de ninguna persona que viviera antes en la casa, tampoco de ningún familiar mio.

¿De quien, de quien? Preguntaba yo. En ese momento, a mi amiga le volvió a dar otro pasmo, se quedó lívida, blanca, estupefacta, no hablaba, se le torció el gesto, la boca. Por un momento creí que me iba a pedir droga, pero no. Empezó a hablar, con una voz ronca, profunda:


“Esto que te persigue es un espíritu dañino, vengativo, y no cesará hasta que hayas saldado la cuenta pendiente que tienes con él”

¿Cuál es? Pregunté yo.

“ Este espíritu quiere absorber tu vida, quiere de ti todo lo que tengas. Empieza con poco, pero poco a poco quiere más y cuando te das cuenta, estás asfixiada, te hayas en un laberinto del que no puedes salir. A veces crees que puedes con todo. Incluso te irás de vacaciones, pero a la vuelta a casa, te darás cuenta que no puedes esquivarlo, y que irte no servirá de nada, solo lo empeorará. Poco a poco no querrás salir de casa. Luego, simplemente no podrás. Tu casa te quiere. El espíritu es tu casa. El espíritu es tu hipoteca…No te servirá pasarte a un tipo fijo, ni siquiera reunificar deudas. Seguirás cayendo poco a poco en un pozo de agonía hasta que no puedas levantar cabeza. Y al fín, tú serás parte de la pesadilla…”

Os puedo asegurar, amigos de Café con Sal, que pocas veces me he acojonado tanto como cuando mi amiga me dijo esto. Si he de deciros la verdad, todavía no sé como solucionar este problema. Sinceramente, prefiero un espíritu al uso, de esos que dan sustos y mueven cosas a este, que es muy ruín.

Espero que me podais ayudar. Cualquier aportación económica será bien recibida. A continuación os digo el número de cuenta donde podeis ingresarlo:

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Gracias, amigos.

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